domingo, 18 de mayo de 2014

La deshumanización de la sociedad española

La campaña electoral previa a los comicios del 25 de mayo, que afectan a las Elecciones al Parlamento Europeo de 2014, se ha visto sacudida desde el lunes debido al cruel asesinato en plena calle de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco (PP). Concretamente le dispararon en la espalda, de la forma más cobarde, y posteriormente la remataron desde el suelo. Al parecer, el móvil del crimen pudo haber sido la venganza debido a que recientemente la hija de la asesina confesa había perdido un juicio referente a su despido como funcionaria interina de la Diputación. Es más, lo tenía planeado desde que se produjo el cese. Hasta ahí no deja de ser una dramática noticia que no tiene nada que ver ni con recortes ni con terrorismo. Pero la noticia, en muy pocas horas, ha dejado de ser ese acto vil y denunciable, sino el hecho de que en las redes sociales de Internet se han registrado prácticamente de forma MAYORITARIA mensajes horrendos de aprobación del crimen e incluso petición de más asesinatos. Incluso han llegado a escribir en el suelo del puente "aquí murió un bicho". ¿Qué es lo que está pasando con la sociedad española?

No cabe duda que son tiempos difíciles y que la desafección política provocada no ya por la crisis económica en sí sino sobre todo por la desacertada gestión gubernamental  está aumentando el cabreo de la gente. Pero llegar hasta el punto de vitorear asesinato de una política me parece sencillamente estremecedor. Se ha tenido especialmente en cuenta su partido de pertenencia y cierta parte (no toda) de esos mensajes procede de la ultra izquierda. Esa que se llama de la verdadera izquierda, pero que son los mismos que aprueban los mensajes criminales que lanza Pablo Hasel en sus canciones.Y de ese espectro no se puede esperar otra cosa teniendo en cuenta que su máximo representante en política, al menos en lo que afecta a los jóvenes, defiende claramente las mismas ideas. Por ejemplo, recortes con guillotina. Estas barbaridades propias de ultras intolerantes y sin capacidad de razocinio parecen haber calado en buena parte de la sociedad y contribuir a radicalizarla. También hay un sector del separatismo muy ducho en estas cosas.

También ha habido políticos que se han ido de la lengua. Así dos concejales socialistas se han visto obligadas a dimitir por escribir comentarios inadecuados en Facebook. Posteriormente intentaron disculparse o mejor dicho reinterpretar lo que habían dicho. Pero no, estas dos hipócritas lo que escribieron en ese momento reflejaba claramente lo que pensaban. Pues evidentemente una persona así no merece estar en un cargo público. Los de Bildu, por su parte, no sorprende que se nieguen a guardar un minuto de silencio. Algunos de hecho más bien habrán sentido nostalgia. Es lo que tiene el odio al que pertenece a un partido distinto. Pero no crean, que todavía hay listos que comentan las noticias y señalan que había que haberlas ascendido o darles un premio o bien que habían dicho "la verdad". Unos comentarios que déjelos usted ir...


Podemos leer los comentarios del 20 Minutos o de prensa de izquierda como El Diario.es. También los de algunos vídeos de You Tube. También en Facebook los de los "me gusta" de La Información o la página personal de Miguel Ángel Revilla. Y ya no digamos Twitter. Y es que Arturo Pérez Reverte define muy bien cuál es el problema de Internet. Una inmensa mayoría de personas si no aprobando con júbilo el tiroteo justificándolo por la existencia de otro tipo de dramas como los desahucios o los recortes. ¿Pero qué tiene eso que ver? En fin, una demagogia que no tiene límites. Con centenares de "me gusta" en comentarios llenos de odio, violencia y rencor político. Realmente son minoría los que reprochan estas actitudes más propias de personas que echan de menos a ETA o Al-Qaeda que de gente normal. Sí, en el fondo parece ser que hay gente le gustaría que se volviera a matar. Pero ojo, no a todos. Sino a los que no piensan como ellos. Y especialmente Twitter es un vivero de trolls.

En medio de ese aluvión de despropósitos y violencia en Internet, los principales partidos han recalcado y puesto en la agenda la necesidad de regular el uso de las redes sociales. En realidad no hace falta, puesto que para eso existe un Código Penal y se ha aplicado especialmente con mensajes de amenazas de muerte (especialmente a famosos) y también con apología de la violencia y del terrorismo. Así por ejemplo se han detenido a dos chavales radicales. Curiosamente ambos son de 19 años, uno de Valencia y otro de Jerez de la Frontera. El primero de ellos pedía un A-47 para cargarse a "todos esos fascistas" y el segundo fue más original y subió un vídeo a You Tube para reírse de la desgracia y elogiar a la asesina. Ninguno de ellos declaró. Ni falta que hace porque se retratan por ellos mismos y tampoco van a entrar a la cárcel. Como mucho una multita y no creo que servicios sociales que en realidad los necesitarían mucho más.

Algunos medios y personas han aprovechado para atacar al Gobierno, al PSOE y a otros partidos políticos por la presunta regulación de las redes. Lo que no saben o no les da la gana de saber, es que la libertad de expresión que tanto amparan, sólo la quieren defender desde el prisma de lo que ellos opinan. Y sobre todo tiene unos límites, que aparte del ejercicio del derecho por los demás tiene el 18.4 de la Constitución Española referente al honor, la intimidad y la propia imagen. Eso al margen de que es claramente un delito llegar a hacer apología de la violencia. Pero no, ellos contestan lo de siempre pretendiendo equiparar la violencia a lo que ellos digan y lo que hagan y/o promuevan a la "justicia social".

En fin, debo ser un bicho raro cuando no sólo no defiendo estos mensajes sino que los desapruebo y rechazo totalmente. Estas cosas me llegan a sentir una profunda decepción por la sociedad española, pero apuntando una autocrítica que esos bárbaros son incapaces de tener, podríamos pensar que estar clase política también ha contribuido a esa deshumanización de la sociedad. Quizá el primer cambio debe partir de ellos para evitar que esta radicalización más propia de la Guerra Civil siga expandiéndose. De cualquier forma, nunca entenderé que se desee o se celebre la muerte de una persona por cuestiones ideológicas o políticas. Incluso que se promueva, pues eso me parece más propio de terroristas y asesinos desalmados.

No hay comentarios: